Pon los pies en la tierra

Noviembre 11 de 2019.

Llega el momento en que a muchas mujeres adolescentes-jóvenes les da pánico poner los pies en la tierra. La vivencia de la experiencia terrenal es difícil y dolorosa. Y difícil es difícil allí no hay puntos medios. Los libros, la academia, la cabeza, el mundo de las ideas se convierten en su zona segura.

Ese aire sin piso se llama desconexión. ¿Cuáles son las consecuencias de «vivir en el aire»? Bloquear la sensibilidad. Negar las intuiciones. Sitiarse entre títulos y estereotipos más masculinos. Por un buen tiempo, no saber qué es la rabia, o cómo expresarla. Se acomodan en su papel de hijas buenas.

A estas mujeres-jóvenes que se refugian en los libros les duele tocar sus raíces. Les duelen profundamente los secretos y los dolores familiares. Ya crecieron y saben que hay partes de sus historias que desconocen o que no son como imaginaron. Las heridas abiertas de la niña ya no pueden curarse con juegos imaginarios. La niña creativa, pintora, escritora, danzante, artista, música, sabia, se pospone, con suerte, hasta después de los 40, porque la vida se ha complejizado. Sí tienen tiempo para su lado creativo, pero les duele contactar con sus emociones.

A los ojos de la adolescente-joven, la mujer mental parece ser la única que puede sostener su dolor. Pero con un costo muy alto: se aparta del disfrute, subestima el descanso, confunde qué es y no el placer, se empieza a cerrar a la abundancia. Algunas empiezan a batallar con sus cuerpos. A la mujer intelectualizada le duele mucho ser sensible.

Estas mujeres adolescentes y jóvenes quieren comprenderse y comprender sus historias. Por ello, contémosles sobre su familia, sobre los aciertos y sombras de papá y mamá. Sin prejuicios. Rescatemos las historias resilientes de sus ancestros y de nosotras mismas.

Artista: Giogia Albano.

A estas hijas poco a poco se les puede ayudar a bajar a la tierra. Como madres, quitémonos por un segundo el escudo de la madre luz para mostrar a la mujer-madre oscura. No buscamos ser amigas, buscamos ser humanas. Antes de apurarnos tanto por tener un plan de su futuro, descifremos con ellas cómo pueden volver a su mujer creativa las veces que la necesiten. Para vaciar su tristeza, angustia y las confusiones con las que crecieron.

En los momentos difíciles de una adolescente-joven, el propósito de contar una historia familiar es ayudarla a liberarse de deudas que no le corresponden. Muchas niñas crecen con la fantasía de ser fieles a sus madres. De salvarlas o de arreglar sus historias. Se sienten culpables de superar el destino de sus madres/padres o les preocupa enormemente su sufrimiento.

Por esto, sirve elevar su fuerza y darles herramientas para que ellas mismas encuentren el sentido de su dolor. Ellas entre más conozcan sus raíces más descifrarán sus incógnitas. Su dolor por ser tan íntimo no es incurable.

Diana Carolina González-Sánchez

Arte: « Looking for the strength» de Giogia Albano.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *