“Mi enfermedad”. “Mis alergias”. “Las mujeres fibromiálgicas”. “El tema con mis ovarios». “Soy diabética”, «Sufro de la tiroides». “Mis migrañas”. «Mis dolores de la artritis»…Hoy huí de un grupo de apoyo en el que solo escuché estas formas sutiles desde el lenguaje de casarnos con la enfermedad.
Yo no quiero casarme con algo que duele. Pienso en que al identificarme con algo tan fuerte terminaré por ceder mi poder, como si me tomara y me hiciera parte de una historia que puede ser temporal, pero se vuelve constante. Yo pienso que una enfermedad crónica viene como visitante y se queda gobernando tu vida mientras tú lo permitas. Tal vez el cuerpo no se cure completamente, tal vez te quedes con secuelas, pero el alma sana. Detrás de una enfermedad hay un pedido grande de mirarse así misma. La enfermedad llegó precisamente para quitarme identidades a las que me agarré sin medir el daño.
Cada vez que una mujer personaliza el nombre de una enfermedad se está diciendo «si me sano dejo de ser yo». ¡Pero no! Si te sanas, seguirás siendo tú, en una versión más libre, consciente, resolutiva. No eres una mujer enferma. Eres un Ser atravesando una enfermedad. Ayúdate a pasar la prueba.
Diana Carolina.
Imagen: Life Energy. Marijja Healing.