Miedo a perder

28 de agosto de 2018

Hace más de 12 años inicié mi camino de despertar y durante ese recorrido he sentido el miedo a perder en muchas ocasiones.

Miedo a lo que «pueda pasar» si digo no. Miedo a pedir un tiempo para pensar más la decisión sobre una oferta o un paso importante. Miedo a seguir mi primera intuición. Miedo a que una puerta se cierre. Miedo a que me excluyan o que un vínculo se afecte por decir mi verdad.

En estos días, tuve miedo de «perder la oportunidad».

Contacté a una «experta» para hacer una nueva formación en psicología. Tuvimos una llamada entretenida pero me contó que no tenía planes de abrir un nuevo curso. Sin embargo, me ofreció a la fuerza otra manera de empezar a trabajar pero no sentí el click que busco a la hora de tomar un entrenamiento. Pese a mi instinto, me costó decirle que no. Mientras hablábamos, saltó esa parte de nosotras que dice sí impulsivamente por miedo a perder.

¡Cómo le decía NO a una experta! ¡Cómo dejaba ir la oportunidad! ¿Y si no habían más oportunidades?

No le pude decir que no. Caí en el lugar común de las mujeres hijas de la academia. Me comparé con sus títulos. Me intimidó la persona que “sabe”. El miedo a perder hizo que depositara todas mis posibilidades de crecimiento a una única persona y a una sola propuesta.*

En la noche, mientras hacía manualidades, sentí que debía escribirle. Cuando el intelecto se calma a través de una actividad creativa nos alineamos mucho más con nuestra guía interior.

La contacté manifestándole que prefería cancelar. A las pocas horas me llamó muy alterada. Pero esta vez me tomé más minutos para pensar qué decir y para comprender qué me estaba diciendo.

La escuché. Paré. Me escuché. Paré. Discerní.

¿Cómo empezar a discernir para no caer en el miedo a perder?

Los budistas hablan del discernimiento como una cualidad que nos ayuda a elegir entre lo que nos sirve y lo que no. Me imaginé ayudando a otra mujer en mi misma situación y me hice dos preguntas aclaratorias: ¿Qué me da miedo perder si digo que no? ¿Esta decisión me genera bienestar?

Comprendí como lo veo en mi clientas, que nuestro problema no es que no sepamos qué queremos. ¡Siempre lo sabemos! El problema está en que nuestra dependencia al resultado nos impide ser honestas desde un primer momento.

Quizás se trate de abrirme a «perder», pensé.

A la luz de ejemplos como este, re -interpreté mi pérdida. Por encima de la idea de la gran oportunidad, están primero mi vida y mi destino y las personas que favorecerán mis altos propósitos. Solo en el momento que fui honesta permití que la vida obrara a mi favor y me evitara avanzar hacia un proyecto del cual en algún momento hubiese huído.

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Sintoniza a diario, aunque sea por unos pocos minutos con tu ruido mental. Esto te servirá para empezar a diferenciar cuál es la voz de tu guia interna y cuál la voz de tu miedo a perder en la toma decisiones importantes.

*Este escenario se repite en las mujeres que no pueden decir no a sus jefes, profesores o a alguna figura de autoridad por el miedo a perder credibilidad, poder, oportunidad, reconocimiento.

Diana Carolina González-Sánchez
Arte: Pexels.com

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