Manifestación Consciente

Por muchos años tuve la idea errada de que MANIFESTAR era algo que sucedía fuera de mi. Incluso, la sola palabra me generaba escozor porque la veía como una manera de utilizar herramientas espirituales para «tener por tener» y hacer de la ley de la atracción una moda más.

Pero solo hasta pasar por una enfermedad supe que ese poder de manifestar, va más allá de desear un auto bonito o una casa lujosa. La Manifestación Consciente se trata de implicarnos como co-autoras de esa realidad.  Si yo estaba perdiendo salud, ¿tenía que esperar a que otro viniera a curarme? No. Más bien, tenía que ser una herramienta más en ese ecosistema de materialización de mi deseo.

Tuve que preguntarme: ¿Estoy lista para estar sana? 

Como se trata de trabajar en equipo con las leyes universales, la manifestación consciente te lanza preguntas:

¿En verdad quieres esto?

 ¿Estás lista para sanar, para amar de verdad, para recorrer el mundo, para que tu negocio llegue al siguiente nivel? 

¿Qué harás de tu vida cuando esto suceda?

Haciéndome todas esta preguntas, mi forma de comprender la MANIFESTACIÓN cambió. Ya no se trataba de una petición que lanzaba al aire para que otro la resolviera. Se trataba de vivir en gratitud por lo que ya merecía. Ser consciente de que no solo volvería a ser dueña de un cuerpo sano sino que tendría el compromiso de sacar adelante una vida sana.

Sí. Los deseos traen una cuota de compromiso.

Por esto, no se trata solo de pedir, sino de saber qué y cómo lanzamos ese deseo al Universo. Por ejemplo, a veces, lo hacemos más desde el miedo que desde la confianza.

Yo pasé por ahí. Y descubrí que mis resistencias, antes de enfermar tenían la raíz en que no me sentía merecedora de recibir lo que pedia.

Así es.

Recuerdo muchas veces, diciéndome: -a tí te correspondió el camino dificil; no todo es para todos-. ¡Estaba muy equivocada!

Solo hasta cuando sentí que la salud se me íba, entendí que tenía todo el derecho de vivir en bienestar. Mi vida no tenía que ser un reflejo de mi historia familiar, ni de las elecciones de otros, ni de la suerte de mis amigos. Mi vida solo la construía yo.

Y ahí entró una parte fundamental: LA INTENCIÓN.

Muchas veces tenemos un deseo concreto pero en el fondo ese deseo sigue anclado a un prejuicio social o personal, a una lealtad familiar, a una idea que se nos quedó de niñas. Una barrera muy común a la hora de manifestar, es preguntarnos «qué pasará con las personas que amamos si recibimos nuestro deseo». 

Por ejemplo, alguna de nosotras ha soñado toda su vida con viajar por el mundo. Se visualiza en ese lugar, pega fotos por todos lados, le cuenta a sus amigos sobre sus sueños. Pero al mismo tiempo, ve a sus padres o hermanos y se dice de manera inconsciente: –«si ellos nunca salieron del país, yo no lo haré tampoco.»– A partir de ahí las oportunidades se desvían, no consigue permiso en el trabajo, aparece una situación en la que debe gastar el dinero del viaje, etc. 

Así pasa en el amor o en los proyectos. Es dificil manifestar éxito profesional o amor verdadero, si creemos que otros se van a entristecer por esto.

La MANIFESTACIÓN CONSCIENTE se trata de sentirnos merecedoras de ese deseo o regalo. Tú y todas las mujeres somos merecedoras. Inclusive, puedes inspirar a otros con ese bienestar que consigues. Las personas que te aman te quieren ver feliz, plena, llena de gozo. Cuando las dudas aparecen no es algo ni bueno ni malo, al contario, son señales que nos permiten invertir la energía de manifestación resolviendo primero la pregunta: 

¿Qué te detiene a manifestar tu sueño?  Si quieres coméntame por e-mail.

Deseo que con estas preguntas comiences a darle vida a tu poder de manifestación.

Con amor, Diana Carolina.

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