Septiembre 4, 2020. Hace unos días soñé con un águila. Ella siempre aparece para mostrarme que la vida se entiende mejor si se mira desde lo alto. La obsesión por el detalle ahoga, perturba y le quita visibilidad a los cientos de miles de pistas que componen la fuerza de la vida. El águila representa nuestras visiones internas y las ideas de un nuevo mundo.
Su mensaje es vuela tan alto como puedas con tu pensamiento, pero sitúa bien los pies sobre la tierra. Las soluciones intelectuales y las respuestas que presionamos para que sucedan ya mismo, sin darles tiempo para acomodarse, vienen del hábito no tan feliz de lograr un resultado. Somos reactivos. Estamos acostumbrados a que, si no conseguimos algo, escapamos o atacamos.
En mi sueño, las alas crecían lento y acompasado, al ritmo de la conciencia de los humanos que también está creciendo. Hoy no podemos pretender que sea de otra manera porque aceptémoslo, nos cuesta y nos va a costar acomodarnos a todo lo que está revolviendo esta pandemia internamente en cada uno de nosotros.
Ante la incertidumbre sirve más ejercitar la mirada panorámica que quedarse en el detalle.
¿Qué es desarrollar el vuelo con los pies sobre la tierra? Dejar que esa nueva parte de mí se incube. El águila nace con el sol al comienzo del día. Regalémonos el tiempo del crecimiento de las alas; días, semanas o lo que queda del año. El nuevo vuelo llegará, pero a este se accede saliéndonos del mismo metro cuadrado sobre el cuál hemos gestado otras alas en nuestra vida. ¡Ampliémonos!
Tal vez nos sirva ampliar los repertorios sobre nuestros deberías más restrictivos: el debería de la respuesta del otro, el debería de la vida, el debería de mis acciones. ¿Cuál es el debería más profundo que puede entorpecer el nacimiento de estas nuevas alas?
Para dejar que estas alas crezcan quizás sea momento de renunciar al rol de gerentes. Hace mucho daño revolcarse en el detalle ante la ausencia de resultados y respuestas. A veces, hay esfuerzos que no parecen tener ningún sentido…los tendrán. Hay intentos que parecen no tener frutos…los darán. Hay respuestas que no llegan…siempre llegan.
Quedarse excesivamente en los detalles ahoga la energía creadora.La mirada panorámica y atemporal, la expande. Durante el crecimiento de tus alas, embadúrnate de amor sin escatimar un céntimo. Cuida, alimenta y ama mucho tus alas en crecimiento. Llénate de todos los seres vivos que te elevan. Manifiesta gratitud. Y sobre todo Confía con mayúsculas. Confía en el otro. Confía en ti misma y Confía en ti mismo. Confía en esta tierra sublime que nos sostiene.
Diana Carolina González-Sánchez
Arte:Jozef Klopacka