Mayo 5 de 2022.
Han pasado 5 meses desde mi último gran cambio y he sentido la presión interna de mostrar un resultado. ¿Cuál resultado? ¿Para quién? Siento esa obligación de mostrar que no me equivoqué, que ya inicié y que va todo sobre ruedas. Eso es lo que me hace dudar, lo que creo que «debería» estar pasando. Ayer hablaba sobre nuestras decisiones con mi gran amiga migrante también. Sirve conversar con alguien que nos conozca sin máscaras. Y volví a la corazonada que tuve. No necesité saberlo todo para dar este salto. La corazonada es también la madurez de saber que podemos hacer estos movimientos solos siguiendo la libertad de los pies y el corazón porque sabemos quiénes somos. Vuelvo a mi Yo de hoy. No al de hace 2 años cuando requería tener todo bajo control. No al de hace 20 años, cuando no vivía sino sobrevivía. Vuelvo a la energía posibilitante y creadora que me da este momento de mi existencia. Vuelvo a mi responsabilidad con mi decisión. Nos asusta no tener todas las «x» despejadas.
Pero tenemos una tierra que nos sostiene. Una expertise con el cambio. Una red de personas que aparecen las veces que nos exijimos. La claridad de que nuestra misión puede tomar múltiples formas. Los enormes logros de otros (como mis consultantes!) que nos sirven de espejo para ver que todos nos vamos acomodando. Sentirse triste, asustado o pensativo después de tomar una decisión importante es normal y no implica que nos hayamos equivocado. No existe el error; es la nueva filosofía que leo por ahí. Tampoco es cierto que empezamos de cero. Nunca. ¡Pasa que estamos sintiendo la vida! Nos vamos de trabajos, relaciones, lugares, proyectos y hay un tiempo de transición sagrado que siempre nos saltamos. Hay que darle al espiritu ese tiempo de gracia para integrar las líneas de tiempo que se dejan en cada historia y reiniciar.
Respetar una transición interna no es quedarse quietos, es amabilidad con uno mismo en el cambio. Mejor acunar el cuerpo y el espíritu hacia esa una nueva realidad. Los inicios no se irán. Confío. Confiemos.
DCGS