Agosto 30, 2022.
Nos estamos vaciando de viejas identidades. Aún con el pánico a la exposición pública (familiar, social, cultural, laboral) sentimos que no podemos ser los de antes. Yo no puedo ser la que era el día que me fui de mi país aunque a veces sienta que traiciono una parte de mi historia. Mi experiencia me muestra que la verdadera evolución requiere de la primera de las lealtades: ser fiel a uno mismo.
Aunque la exposición puede ser intimidante, ampliar la mirada es dejar que la luz te deslumbre un poco para descubrir que existe otra realidad posible. La vida no nos limita a definiciones estrechas. Si bien la sociedad y la cultura pueden imponer ciertas expectativas, la vida misma no lo hace. He aprendido que dar pequeños pasos para abrazar nuestras nuevas identidades puede convertir nuestro miedo al juicio en un sentido de auto-soberanía.
Hoy me digo más, basta de dividirte tanto y de gastar tanta energía jugando a la versión con la que «te rechazarán menos». El objetivo del Ser es sentirse uno solo. La vida te pide detener la batalla contra ti mismo/a y amarte, amarte mucho!! La migración ha añadido capas a mi ser y estoy decidida a encontrar la paz dentro de esta complejidad.
La vida nos insta a deshacernos de viejos contratos internos que solían dar forma a nuestras identidades, como estos:
- Si soy vulnerable, perderé poder y bloquearé mi progreso como inmigrante.
- Si estoy experimentando abundancia, debo disminuirme frente a otros que no la experimentan.
- Si dejé mi país de origen o crecí en el extranjero, no tendré suficiente sentido de pertenencia.
- Si elijo en quién me estoy convirtiendo, perderé amigos y el amor de mi familia.
No más.
Algunas nuevas creencias más amables con nosotros mismos podrían ser:
- Mi vulnerabilidad es mi fuente de soberanía.
- Me permito abrazar la abundancia reconociendo su presencia en la vida.
- ¡Siempre pertenezco! a mí y al mundo.
- Me permito explorar capas de mi personalidad contra las que lucho para ser más honesto en mis relaciones.
A continuación, encontrarás una práctica diaria que comparto con otras inmigrantes latinas para integrar lo que nos ha fragmentado y hacer espacio a nuevas identidades flexibles. Nos animo a detener nuestras luchas internas sobre en quién nos estamos convirtiendo. Es una espiral que nunca termina y nos atrapa en una vida plana donde no pasa nada, cayendo en la baja autoestima e incluso en la depresión. Más bien, hago hincapié en aceptar de todo corazón nuestras dualidades y permitirles trabajar juntas.
A través de esta autoaceptación, podemos descubrir verdaderamente la siguiente etapa de nuestro yo.
Diana.
Comunicadora, migrante y terapeuta holística en un nuevo mundo.